martes, 11 de agosto de 2009

La batalla por la derogación de la 125 y sus consecuencias en nuestros días

(A un año del voto No positivo de Cobos)

Mediante un documento suscripto por su Coordinador Nacional, José Luis Livolti, el Movimiento Campesino de Liberación analizó el panorama abierto a un año de que el Senado de la Nación rechazara el proyecto derivado de la Resolución 125.

Hasta noviembre del 2007, todo parecía discurrir con cierta tranquilidad, en la relación entre la burguesía agraria, los agronegocios y el gobierno nacional. En noviembre de ese año hubo un decreto de aumentó de 5 puntos porcentuales en la alícuota de las retenciones a la soja, que las llevó al 35 % hubo algún malestar apenas manifestado por el ruralismo y alguna fracción minoritaria de la FAA, pero soportaban el cimbronazo dada la impresionante renta que venían acumulando, y que el gobierno les permitía, con la pepita de oro que venía con precios internacionales en franco asenso.

El 11 de Marzo del 2008, nos encontrábamos con un numeroso grupo de compañeros de la FAA, y MCL bloqueando el acceso a la planta de acopio y exportación de cereales más grande del mundo, Louis Dreyfus, en General Lagos provincia de Santa Fe, allí denunciábamos, las maniobras de los exportadores de trigo que con el cierre y posterior apertura de las exportaciones del mismo, especulaban, comprando barato ante la falta de cotización internacional y vendiendo a $200 más cara la tonelada inmediatamente después de abiertas las cotizaciones.

Esta misma masa de compañeros y luego de conocido el decreto de la 125 reglamentando el aumento de las retenciones en forma móvil por iniciativa del ministro Lousteau, adhieren a la iniciativa de la conducción Federada, quien rápidamente y en forma telefónica acuerda con las otras tres entidades de la patronal agraria (Confederaciones Rurales Argentinas, Sociedad Rural Argentina, Coninnagro), el inicio de un paro nacional “del campo”. Esa medida de fuerza, fue un lock out patronal que resultó ser el más prolongado y virulento que conoció nuestro país. Todo en pos de conseguir la eliminación de las retenciones, y dejar sentada la imposibilidad de que el estado intervenga en sus ganancias, pasando a ser la fuerza de choque y poniendo el cuero en la defensa de los intereses de los agroconcentradores.Mucho debate hizo falta para que este último aspecto, crucial para entender las características del conflicto y el rol jugado por los actores en pugna, pueda ser comprendido en toda su dimensión por algunos sectores del progresismo y el campo popular.

Aquella situación nos encontró a los compañeros del MCL en franca minoría en nuestros posicionamientos de apoyo a las retenciones en forma segmentada, “retenciones a quienes y para quien”, fue nuestro primer documento en el conflicto, argumentando el criterio de que más paguen los que más tienen, y reivindicando, el derecho del estado a intervenir sobre la renta extraordinaria.

De allí en más el proceso fué de paulatino, pero de constante corrimiento de la conducción de la FAA encabezado por Eduardo Buzzi hacia las posiciones de derecha de sus aliados, enemigos históricos de la entidad, que hizo más compleja la situación y llega hasta nuestros días, con actitudes vergonzantes, como las que tuvo el presidente de FAA en el programa de Mirtha Legrand, días pasados, al plantear nuevamente, como lo había hecho en el acto de Rosario aquel 25 de mayo, que el gobierno es un obstáculo, dadas sus actitudes “despóticas, autoritarias y monárquicas”.

Buzzi también definió a las retenciones como confiscatorias y recaudatorias por lo tanto habría que “suspenderlas por 180 días y después ver”, para rematar ante una pregunta de la reina de las almuerzos, que el glifosato no es tan malo, que no está comprobado que dañe la salud humana, pero que si se llegara a prohibir su uso se desataría un conflicto de similares características al de la pelea por la derogación de la 125: más claro, échele agua.

Hay una innumerable cantidad de hechos y anécdotas, que describen el complicado proceso de abandono de los principios y banderas que dieron origen a la FAA en el glorioso Grito de Alcorta. Entre ellos, la expulsión del MCL (de hecho nos íbamos igual) de su consejo directivo, así como a los integrantes de la conducción del Foro Nacional de la Agricultura Familiar, sin medir las consecuencias que esto traería en la lucha gremial y política de lo agrario en la Argentina y su repercusión en lo político general y en la gobernabilidad misma.

El conflicto que se desarrolló entre marzo y julio del 2008, y que llega hasta hoy, tuvo como principales actores, por un lado, las inflexibles posiciones de “La Mesa de Enlace”, que vino para quedarse, al decir permanente de Buzzi, representando una nueva institucionalidad agraria (punta de lanza de las derechas políticas) y por el otro el gobierno nacional, con sus desaciertos y negligencias, quien subestimó a la burguesía agraria, creyendo que con todo lo que le había permitido acumular, si les recortaba un poco sus ganancias iban a ceder gustosos. Al decir de un conocido entre nosotros, la burguesía, cuanto más gana, no se hace más bondadosa sino más burguesía.

Muy pocos, fueron capaces de advertir las terribles consecuencias políticas que esto traería, (como lo hizo la dirección nacional del PC) a la vida de todo el pueblo argentino. En diversos documentos del MCL se vino señalando los peligros que se correrían si no lográbamos desarticular la férrea unidad que se había construido, en esa nueva institucionalidad. Se perfilaba la constitución de una nueva base social al servicio de la derecha pro fascista, como la que se vio en los masivos actos del 25 de mayo en Rosario y el de julio en el Monumento a los Españoles en la Capital Federal.

Esa alianza de clases medias urbanas y rurales, el papel de la derecha eclesiástica, la embajada norteamericana, conducidos por representantes de la élite de la ancestral clase dominante argentina, con la indecible complicidad y el “blanqueo social” de quienes en otros tiempos articulaban con el campo popular, fue la sólida fuerza social que articulada con una feroz campaña de terrorismo mediático permitió inflingirle en el Congreso la primer gran derrota política al gobierno con el voto no positivo del que ahora es el Caballo De Troya de la movida destituyente, Julio Cleto Cobos.

La derecha por primera vez en la historia, ganaba una gran batalla política, en el parlamento y en la movilización callejera.

Lo que siguió también fue advertido por nosotros. La constitución de la representación política de este triunfo derechista. Ello se plasmó en el éxito electoral que, aunque puede evaluarse como parcial, fue una derrota política en primer lugar para Kirchner pero también para el campo popular. Se evidencia en lo agrario con la constitución del interbloque con 11 representantes “del campo”, que articulados con las resoluciones de lo que hay que hacer desde la Mesa de Enlace, indica que el partido agrario va tomando forma, por derecha, mostrando su verdadero rostro ,dado lo explicado en estas líneas.

Ante los tiempos que se avecinan, señalamos batallas por el debate y aprobación de leyes positivas. La de un nuevo sistema de medios; derogación y sanción de una nueva de entidades financieras; minería, hidrocarburos, a las que habría que agregar; la de arrendamientos; la de impedimento de la extranjerización de la tierra; la de creación de nuevas Juntas Nacional de Carnes y su similar de Granos; la de garantía de la soberanía alimentaria; la de un desarrollo rural justo y equitativo; la del cuidado de los recursos naturales y el medioambiente. Esto sería la profundización de un verdadero camino de redistribución de la riqueza.

En ese sentido cabe reflexionar, a la luz del resultado electoral, que el gobierno debería tomar la iniciativa sobre cual es la dimensión en amplitud y profundidad de la fuerza político-social que hay que construir para llevar adelante con éxito la empresa de sancionar las leyes arriba mencionadas, recorrer el camino que falta no ya para derramar la copa, sino derribarla en tiempo y forma para lograr los cambios estructurales que nuestro país necesita.

Si es que el llamado de la presidenta al diálogo pretende trazar esa senda, debería incluir en su llamamiento a las organizaciones agrarias que intentan representar a la agricultura familiar, la responsable de producir alimentos para el 70% de la población en este país y que tiene otra concepción de la tierra, la producción y el medio ambiente.

El MCL ha dado pasos importantes en lo que nos parece el embrión de construcción de alternativa en lo agrario con el llamamiento por la unidad y contra la derecha realizado el 13 de junio en el salón azul de la CTA, en la Capital Federal. Ello ha dado luz a la constitución de un espacio abierto y autónomo de articulación de todas las organizaciones campesinas y de pequeños productores que no están en la Mesa de Enlace, incluyendo a los socios de la FAA fuertemente críticos de la actual conducción, con miras a que se amplíe aun más y pueda tributar al gran torrente del frente de liberación político, social, nacional y popular que hay que construir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario