domingo, 19 de abril de 2009

¡Reincorporación ya! ¡Basta de despidos y suspensiones!

El día viernes 17 de abril se realizó una marcha convocada por los trabajadores de Tersuave, que fue acompañada por compañeros y compañeras de lucha de otros sectores: estudiantes, trabajadores de otras fábricas, pequeños comerciantes, desocupados, entre otros/as.

Apoyamos las reivindicaciones obreras. Creemos que la salida a la crisis es la organización popular para derrotar a los enemigos de nuestra clase: la patronal, la burocracia y el gobierno. Ellos tratarán de darle un cauce al conflicto para quedarse tranquilos. No confiamos en los gestos demagógicos de los Rodríguez Saá, llamamos a toda la sociedad a colaborar con el fondo de lucha de los trabajadores de Tersuave y a solidarizarse con los demás obreros en conflicto en otras fábricas.

17 de abril: Día Internacional por la Soberanía Alimentaria


Por la independencia y la liberación de nuestros pueblos

La grave crisis económico-financiera mundial perjudica, como siempre, a los explotados, a las víctimas del sistema capitalista. Producto de una enorme concentración de la riqueza, en nuestro país miles de niñas y niños mueren de hambre, la desnutrición hace estragos y al menos cuatro millones tienen que trabajar de cualquier manera para poder comer, la mayoría en forma precaria. Con la fuerte subida de precios de los alimentos, los tarifazos encubiertos y la ola de despidos, la pobreza aumenta y muchas familias tendrán la difícil tarea de sostenerse en ese contexto, crecerá la deserción escolar, y las enfermedades se harán sentir fuertemente.

En varios países del mundo se produjeron hechos violentos por la “falta de alimentos”. En realidad, la producción alcanza y sobra, pero a los grandes grupos económicos, a los capitales concentrados, no les resulta “rentable” vender a precios populares, dar más fuentes de trabajo ni darnos de comer. Argentina está en condiciones de alimentar a 300 millones de personas, pero se nos mueren muchas personas de hambre. La clave es el modelo económico. Hay que recuperar la agricultura familiar, que la tierra sea para quienes la trabajan, y romper con la producción de soja transgénica, que genera desempleo y daños a la naturaleza.

Reclamamos la reforma agraria y la reestatización de empresas fundamentales de la economía, junto con la apertura de más fábricas, el apoyo a microemprendimientos, y reivindicamos la autogestión obrera. Creemos que las salidas que plantea el sistema, como la “mano dura” y los subsidios a las grandes empresas, y los créditos fiscales para que accedamos a algunos bienes, son el camino equivocado. Tenemos que garantizar la soberanía alimentaria, no la dependencia de las multinacionales y su injusta distribución de la riqueza.

miércoles, 15 de abril de 2009

Joey Ramone y el punk rock. La rebeldía de ayer y hoy

Hace ocho años fallecía en un hospital de Nueva York, a los 49 años, Joey Ramone, el histórico vocalista del grupo The Ramones. En 1995 se le diagnosticó cáncer linfático, y pese a que la banda estaba en retirada, él siguió trabajando arduamente junto a otros músicos, haciendo presentaciones en público, sobre todo con amigos como Daniel Rey (guitarrista, compositor y productor), Joan Jett, Jerry Only (bajista y cantante de The Misfits), entre varios otros.

The Ramones marcó un quiebre en la historia del rock, sólo por debajo del producido por la aparición de los Beatles: la escena fue tomada por transgresores de su época, personas que veían en su cotidianeidad historias que merecían ser contadas. Comprendieron que la música era una esfera más de sus vidas, y que para expresarse no necesitaban ser grandes intelectuales, ni artistas de renombre, ni desbordar con talento en cada canción. Sin duda alguna, el rock dio un giro de 180 grados en la década del ’70, y mucho tuvieron que ver los Ramones. Se pasó del conformismo, de la música masticable, políticamente correcta, a la explosión eléctrica de tres acordes, temas de dos minutos, letras con ironía, agresividad, humor, drogas, amor, violencia, todo en un poderoso cóctel musical. El punk rock había emergido para salvar al rock and roll de la monotonía a la que parecía condenado.

Desde sus orígenes, el punk rock es vinculado con la rebeldía, sobre todo con la juvenil. En aquella época de crisis económica internacional (por el alto precio del barril de crudo), el desempleo aumentaba, el paradigma de producción fordista quedó en jaque y el Estado de bienestar fue sepultado. El gobierno inglés llevaba a cabo el pago de seguros de desempleo, como parte de la política de seguridad social. Muchos de los afectados eran jóvenes de la clase obrera, que no conseguían trabajo, y veían un panorama poco esperanzador en sus vidas. No es sorprendente entonces que los grupos más radicalizados hayan surgido precisamente en Inglaterra. Varios de los futuros integrantes de las bandas punks de dicho país compraron, justamente con el escaso dinero del seguro de desempleo, algo de ropa e instrumentos baratos. Tenían la fuerte necesidad de expresarse, de ser la generación protagónica de su época. El descontento era inocultable, la furia era moneda corriente, mal que le pesara a la reina Isabel. Las letras, ácidas y críticas, con mayor lucidez en unos y menos en otros, eran incómodas. La forma de tocar y el sonido característico del género eran una herejía. Pero, en honor a la verdad, existieron grupos desastrosos que sólo pensaban en consumir lo que fuese, y “su rebeldía” limitaba entre lo panfletario y lo cosmético. Otros, en cambio, empezaron a cuestionar abiertamente al sistema, le pusieron nombre y apellido a los culpables de la injusticia, por ejemplo los londinenses The Clash.

Las clases dominantes veían con asco la proliferación de grupos, conciertos, revistas, programas, publicaciones alternativas como los fanzines; la derecha, escandalizada por la ola “subversiva” de vagos pendencieros, se lanzó contra ellos en varios frentes. El primer lugar de batalla, por supuesto fue el territorio de los punks: las calles. Para eso, como siempre, contaron con la policía. Reprimían salvajemente a cuanta cresta se encontraran, eran habituales los enfrentamientos en los recitales, y los medios ya tenían el discurso armado: “los jóvenes revoltosos consumen estupefacientes, son delincuentes, violentos”. Simultáneamente, intentaron deslegitimarlos ante la opinión pública recurriendo al discurso ciudadano. Se los presentaba como vividores de la ayuda del Estado, es decir, de todos. Argumentaban que los fondos de seguridad social eran los que solventaban la “vagancia de los jóvenes” (lo mismo que dice la derecha argentina respecto a los piqueteros, sin hacer autocrítica del clientelismo político). La represión llegó al punto de, por ejemplo, prohibir los conciertos de los Sex Pistols “en tierra firme” (recordar cuando protagonizaron el famoso incidente, es decir, cuando fueron reprimidos por tocar en un barco). Posteriormente comenzó el período de Margaret Tatcher al frente del gobierno inglés. Consecuente con el modelo neoconservador del cual era fiel representante, la “dama de hierro” modificó aspectos de la seguridad social, realizando los pedidos que la derecha hacía. La ofensiva fue político-económica. Es decir, con un marcado contenido de clase.

A todo esto, ¿qué hacían los Ramones en 1974, cuando nacieron como grupo? Estudiar, trabajar, fiestas, drogas, alcohol, ir a recitales de los New York Dolls, deleitarse escuchando a Iggy Pop & The Stooges... y ensayar sus propias ideas. Con tantos años a la distancia, el panorama es más completo: Dee Dee era alemán, criado en la segunda posguerra mundial; Johnny, descendiente de familia italiana, odiaba a John Fitzgerald Kennedy y prefería a Richard Nixon; y Joey era el “hippie” de la banda, el que tenía ideas un poco más claras. Todos tenían en común un gran sentimiento patriótico, de fervor por Estados Unidos, y odiaban a Rusia. En el marco de la denominada “Guerra Fría” o “Tercera Guerra Mundial”, el grupo utilizó como logotipo una variante del sello presidencial yanqui a modo de broma (el águila, sólo que sosteniendo un bate de béisbol y una rama de manzano), y llegaron a titular su tercer disco “Rocket to Russia” (Cohete a Rusia).


Los Ramones eran parte de la efervescente rebeldía punk de aquellos primeros años. No obstante, siempre se jactaron de ser distintos a sus pares ingleses; decían que no había que cantar sobre problemas ni de política porque eso amargaría al público y que había que divertirse y distraer a la gente. Pero en los ’80 se produce un pequeño giro político, y en esto mucho tuvo que ver Joey. Fue un duro crítico de la MTV en sus comienzos. En 1981 editan el álbum “Pleasent Dreams”, donde incluyeron un tema que se convirtió en clásico: “The KKK took my baby away”, una metáfora que utilizó el frontman para referirse a Johnny Ramone. La historia es real, la chica en cuestión era una novia de Joey, quien acompañaba al grupo en las giras, trabajaba con el equipo técnico. Todo bien hasta que ella lo cambió por Johnny. Por lo tanto, Joey no se refería a la banda terrorista de extrema derecha Ku Klux Klan, sino que era una crítica personal, sentimental, y al mismo tiempo, ideológica, sobre el entonces guitarrista.

Posteriormente, Joey comienza a relacionarse personalmente en actividades de beneficencia, y empieza a hacer sus primeros pasos en militancia por los derechos humanos: mayores libertades para las mujeres, oposición y denuncia del apartheid, defensa de las minorías, críticas al gobierno, participación en espacios alternativos, el medio ambiente (tema que estuvo presente desde los ’80 hasta la separación del grupo), lucha contra el SIDA, son sólo algunos de sus actividades. Colaboró en una canción para el álbum Sun City, la cual recibió elogios del mismísimo Nelson Mandela. Uno de los momentos más destacables en cuanto a su creciente visión madura de la política es cuando le dedicó “Bonzo goes to Bitburg (My brain is hanging upside down)” al entonces presidente estadounidense, el republicano Ronald Reagan, debido a la indignación que le produjo ver por televisión al ex actor depositar una corona de flores en una tumba de soldados nazis.

Los años ’90 son la época más intensa de participación política para Joey. Forma con músicos amigos como Andy Shernoff, Al Maddy, Daniel Rey y Marky Ramone, el grupo The Resistance, de vocación antifascista. Integra el proyecto Rock the Vote, defiende los derechos para las mujeres públicamente, critica a la derecha en el gobierno, y avanza en llevar un mensaje más sólido y consciente al público habitual. En 1992, el disco Mondo Bizarro, una joya de los Ramones, se vende bastante, y define nuevos puntos de vista dentro del grupo. La canción que abre el álbum, titulada Censorshit, es una fuerte crítica a la iniciativa de poner los famosos stickers con las palabritas “Advisory Explicit Content”. Además, Joey escribió sobre los homeless (los sin techo), la grave contaminación ambiental, el gran déficit económico en su país, el fascismo que atañe a un sector numeroso de la sociedad...

Cuando el fin del grupo ya estaba decidido, en 1995 le es diagnosticado a Joey el cáncer linfático. Pese a su cada vez más frágil estado de salud, continuó participando en recitales y actividades benéficas, siendo un duro crítico de la derecha estadounidense, relacionándose en eventos por los derechos humanos, y se dedicó de lleno a grabar su álbum solista, Don’t worry about me, el cual, desgraciadamente, es póstumo, vio la luz casi diez meses después de su muerte.

A esa altura, Johnny Ramone se había afiliado al Partido Republicano. Apoyó a Bush, posteriormente incluso se pronunció a favor de las invasiones yanquis, y además se sumó a la Asociación del Rifle (rejunte de fachos pro mano dura). C.J Ramone, quien había sido marine en los ’80, siempre fue de la derecha dura, apoyó a los gusanos de Miami, también a favor de la legalización de tenencia de armas para “defenderse de los delincuentes”. Marky era el único que compartía muchas posturas de Joey.

Sólo quise resaltar estos aspectos de Joey, con los cuales simpatizo, en contraste con muchos charlatanes o lúmpenes que poco y nada hicieron por jugársela por quienes los necesitaban (por ejemplo Sid Vicious y el señor Johnny Rotten, entre otros). Se le podrá achacar que los Ramones tocaron una vez a beneficio de la policía, que hizo un recital exclusivo para gente de la CNN (por el tema Maria Bartiromo, dedicado a una conductora de un programa de dicha cadena), que aceptó tener buenas relaciones con MTV en los ’90 (claudicación a cambio de espacio televisivo), que inclusive llegó a tener acciones en la bolsa, y varios argumentos más. Eso es totalmente cierto. No pretendo convertir a Joey en la versión estadounidense del Che Guevara. Sólo quise valorar el legado más positivo que nos dejó a quienes crecimos escuchando su voz, con el corazón lleno de energía, viviendo al ritmo de sus frustraciones, miedos, ilusiones, amores. Esas pasiones ya son parte de nosotros, y no lo olvidaremos nunca.

Martín Godoy – Secretario General del Partido Comunista de Villa Mercedes

Más soldados, asesores y aventureros para una guerra perdida

Obama envía más mercenarios a Afganistán

Jim Hightower

Global Research/ alternet.org

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

–¡Muchachos! ¡Mis valientes! ¡Vamos a la guerra!

Mientras el presidente Barack Obama comienza a reducir poco a poco la guerra de Bush en Iraq, está intensificando la suya más hacia el este. Nos dicen que será una nueva, expandida, aventura estadounidense extra-especial en Afganistán, que involucrará una vigorosa estrategia de ‘oleada’ para ‘estabilizar’ este país perpetuamente inestable.

La ‘oleada’ inicial agregará 17.000 soldados a los 36.000 que ya están en el país. Luego, durante este año, habrá una segunda ‘oleada’ de soldados de unos 17.000 más. Se espera que esa masa de soldados sea desplegada a una serie de nuevas guarniciones que serán construidas en vastas regiones de ese Estado empobrecido, rural, en su mayoría analfabeto, de señores de la guerra, gobernado por cientos de díscolos líderes tribales fuertemente armados. No nos dicen cuánto costará esa escalada, pero por lo menos duplicará los 2.000 millones de dólares por mes que los contribuyentes estadounidenses ya están desembolsando para la guerra afgana.

La parte extra-especial de este esfuerzo provendrá de una ‘oleada civil’ simultánea de cientos de expertos estadounidenses en desarrollo económico. “Lo que no podemos hacer,” dijo Obama en una entrevista el domingo pasado, “es pensar que, sólo un enfoque militar en Afganistán logrará solucionar nuestros problemas.” Para conquistar los corazones (y la cooperación) del pueblo afgano, este aspecto desarrollista de la operación tratará de construir infraestructura (carreteras, escuelas, etc.), crear nuevas alternativas de cultivos para llevar a míseros agricultores a abandonar la producción de adormidera, y en general mejorar el nivel de vida de subsistencia mínima del país.

Lo que Obama no ha mencionado es que, aparte de soldados y civiles, hay una tercera ‘oleada’ en su plan: contratistas militares privados. Sí, otro ejército privatizado, como el que hay en Iraq. Allí, proliferaron los Halliburton, Blackwater y otros aprovechadores de la guerra, estropeando el trabajo de los soldados estadounidenses, desfalcando a los contribuyentes, asesinando civiles y haciendo un inmenso daño a la reputación de EE.UU.

Ya hay 71.000 contratistas privados operando en Afganistán, y muchos más se preparan para ser desplegados mientras se aumentan los gastos del Pentágono para la guerra de Obama. Los militares ofrecen ahora nuevos contratos a firmas de seguridad para que suministren empleados armados (también conocidos como mercenarios) para proteger bases y convoyes de EE.UU. A pesar de los abusos generalizados de contratistas en Iraq, el jefe del Pentágono defiende el continuo impulso hacia la privatización: “El uso de personal de seguridad de contratistas es vital para apoyar las bases avanzadas en ciertas partes del país,” declaró en una carta de febrero al Comité de Servicios Armados del Senado.

Lo que el afable secretario de guerra realmente dice es: “No tenemos servicio militar obligatorio, y no creo que muchos de los parientes de los senadores vayan a presentarse como voluntarios para poner sus traseros en la línea de fuego en Afganistán, de modo que me va a costar un ojo de la cara encontrar suficientes aventureros para que protejan al ejército de EE.UU. en ese inhóspito país.”

Mientras tanto, un rasgo interesante de la ‘oleada’ de contratistas de Obama: los guardias alquilados que protegen nuestras bases y convoyes probablemente no serán estadounidenses. Associated Press informa que de los 3.847 contratistas de seguridad en Afganistán, sólo cinco son firmas estadounidenses.

En realidad, ser contratista estadounidense no es una ventaja ante los ojos del pueblo afgano, porque ha tenido amargas experiencias con ellos. Apunta a DynCorp, contratista basado en Virginia que obtuvo casi mil millones de dólares en 2006 para entrenar a la policía afgana. El torpe "Inspector Clouseau" de fama cómica habría hecho un mejor trabajo. Por lo menos hubiera divertido a la gente.

Lo que los afganos recibieron de DynCorp fue un montón de “asesores” estadounidenses altamente remunerados que no estaban calificados y no sabían nada del país. Entrenaron a unos 70.000 policías, pero menos de la mitad terminó realmente el ridículo programa de ocho semanas, que no incluía ningún entrenamiento en el terreno.

Un informe estadounidense de 2006 sobre los entrenados por Dyncorp los consideró “incapaces de realizar trabajo rutinario de mantenimiento del orden.” Mientras tanto, nadie sabe cuántos de los entrenados llegaron a presentarse para cumplir con sus tareas, o qué pasó con los miles de camiones faltantes y otras partes del equipamiento policial que había sido entregado para el entrenamiento.

La punta de este chiste es que DynCorp obtuvo otro contrato (317 millones de dólares en agosto pasado para “seguir entrenando fuerzas policiales civiles en Afganistán.”

Perdonad si lo digo, pero Obama está a punto de meternos a nosotros – y a su presidencia – en un lío.

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Jim Hightower es comentarista nacional de radio, escritor, orador público, y autor del nuevo libro: "Swim Against the Current: Even a Dead Fish Can Go With the Flow." (Wiley, marzo de 2008) Publica el mensual "Hightower Lowdown," coeditado por Phillip Frazer.

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http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=12934

Cambio de planes para que nada cambie

EE.UU. y el rompecabezas del poder en el siglo XXI

El revisionismo geopolítico de Obama es más ambicioso que el de su predecesor republicano: prevé frenar la expansión de Rusia y China y, a la vez, asegurar el control de los hidrocarburos de Asia.

Por Sebastián Pellegrino | Desde la Redacción de APM 28|03|2009

El cambio llegó. Junto a su séquito demócrata de estrategas militares y varios plumazos presidenciales, el primer mandatario estadounidense, Barack Obama, diseña una renovada agenda de la política exterior en la que el continente asiático figura como una prioridad impostergable.

Asia, y no tal o cual región del continente. Se trata de una planificación estratégica, que parte de un diagnóstico fáctico y cualitativo respecto a la situación y estado de la hegemonía de Estados Unidos en el mundo. El enfoque de Obama rechaza la continuidad del enclave militar en Medio Oriente, que tanto obsesionó a George W. Bush. Pero rechazar no es abandonar.

Gran parte de la campaña electoral del afroamericano estuvo dedicada a resaltar la fragilidad del liderazgo mundial estadounidense, producto del ensañamiento bélico en Irak, el abandono de las instancias diplomáticas y el olvido de la escena internacional con nuevos actores de poder.

Pero si todo un continente concentra hoy la mayor atención de Washington, dos finalidades confluyen en el ambicioso plan de la administración Obama: evitar que Rusia y China se afiancen como competidores directos de la hegemonía unipolar, y propiciar el comercio y control de los hidrocarburos asiáticos a las compañías energéticas del Atlántico Norte.

El análisis de los actuales inquilinos de la Casa Blanca es correcto. Los planes para retrotraer el estado de cosas y fortalecer la cuestionada supremacía estadounidense puede que sean siniestros.

En los próximos años, todo el continente asiático quedará envuelto en el gran juego del poder, entre las más grandes potencias con capacidad para provocar desastres humanos de escala global: Estados Unidos, Rusia, China y, eventualmente, India. Resulta difícil confiar en la promesa de Obama acerca de un “Nuevo Orden Multipolar”.

Zbigniew Brzezinski es uno de los hombres claves del viraje doctrinario de Washington. De origen polaco, fue director de la Trilateral Commission (organización creada por David Rockefeller para la cooperación entre Estados Unidos, Europa y Japón) y ex consejero de Seguridad Nacional del presidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981).

Las ideas de Brzezinski apuntan directo contra Moscú y Beijing, los únicos actores con posibilidades económicas, financieras y militares como para disputar a Estados Unidos el dominio global del siglo XXI.

Desde esta perspectiva, los planes contra Irán, Siria y Sudán, y la mayor parte de los frentes de intervenciones militares emprendidos por los neocons en los últimos 8 años, deben ser replanteados: cambiar ataques infructuosos por acercamientos circunstanciales que vuelquen a todos esos países contra China y Rusia.

La renovación del imperialismo del “poder blando” (basado en el fomento de golpes de estado populares, guerra económica, engaños y guerras encubiertas) seduce a los nuevos inquilinos de la Casa Blanca.

El presente artículo presentará una síntesis global de los trazados estratégicos diseñados por la administración Obama y las dificultades que plantea a Washington la creciente expansión de los gigantes asiáticos, en la carrera por el control de las mayores reservas de hidrocarburos. En las próximas semanas, APM tratará con mayor precisión cada uno de los aspectos aquí implicados.

Hegemonía global e hidrocarburos

En el siglo XXI, ambos privilegios se disputarán en el continente asiático. En conjunto, las regiones de Medio Oriente y Asia Central concentran más de la mitad de los recursos energéticos disponibles en el mundo, y la comercialización de esos hidrocarburos representa uno de los negocios más rentables del globo.

Los índices de la demanda de petróleo durante 2008 señalan un factor adicional de la gravitación extraordinaria que adquiere el gran continente: mientras que la demanda de Estados Unidos cayó más del 2 por ciento respecto a 2007, China registró un aumento de casi 6 por ciento.

La compra del oro negro también se expande en India, Pakistán y en las florecientes repúblicas centroasiáticas (Uzbekistán, Tayikistán, Turkmenistán, Kirguistán y otras). En fin, oferta y demanda coinciden en una misma geografía.

Si bien la disputa por los hidrocarburos asiáticos entre Estados Unidos, Rusia y China no es reciente, sí ha cobrado gran impulso desde mediados de 2008, y no precisamente por controversias en torno a las rutas del petróleo.

Estrategia político-militar, construcción y ampliación de zonas de influencia (ya sea por la fuerza como por la coerción económica) y control energético, confluyen en el complejo proyecto hegemónico de Estados Unidos en su versión Obama. Afganistán es un paso clave de la ambición demócrata. (Ver: “Afganistán: la clave del gran juego del petróleo”. APM 09/03/2009)

El consentimiento dado por la República Checa, en abril de 2008, para la instalación de radares y la posibilidad de que Polonia acuerde con Washington el establecimiento del escudo interceptor de misiles, abrieron un nuevo capítulo de tensión entre la Casa Blanca y el Kremlin.

“La aproximación del arsenal estratégico de los Estados Unidos al territorio de la Federación Rusa puede debilitar el potencial de defensa y contención de Rusia, por lo cual se tomarán las medidas adecuadas para compensar la amenaza”, señalaron desde el ministerio de exteriores ruso tras la firma del acuerdo de Washington con República Checa.

Meses más tarde, en agosto de 2008, se desarrolló la Guerra del Cáucaso entre Georgia y Rusia luego de que el primer país intentara retomar la soberanía de la región independentista de Osetia del Sur. Tras la victoria del gigante euroasiático, este congeló las relaciones diplomáticas con la Organización del Atlántico Norte (OTAN) por considerar los sucesos del Cáucaso como una guerra encubierta de su antiguo rival. (Ver: “Osetia del Sur: ¿la punta del iceberg?”. APM 10/08/2008)

En octubre del año pasado, Israel acordó con su aliado del Atlántico Norte las bases para el emplazamiento de un radar antimisiles y la presencia permanente de militares estadounidenses en tierra hebrea.

Fue un nuevo paso de la militarización indirecta de Asia, que apunta al acorralamiento de Rusia y China y sus países aliados. Hoy, Washington también cuenta con los mismos sistemas misilísticos en Japón, Alaska, California, y próximamente en Groenlandia y las Islas Aleutianas (en el Mar de Bering). Es decir, desde Europa del Este, a Medio Oriente, y hasta Extremo Oriente: todo bajo el control de los famosos “escudos”.

Con la llegada de Obama, las relaciones entre las principales potencias distan mucho de ser óptimas. Aún continúa la polémica por el escudo antimisiles y ahora Rusia planea instalar un sistema de defensa misilístico para dar respuesta a cualquier intento de ataque sorpresa sobre su territorio.

Asimismo, el presidente Dmitri Medvédev, anunció en los últimos días un rearme “a gran escala” de las fuerzas de su país, que incluye la renovación del arsenal nuclear. El mandatario ruso advirtió que aún “no cesan los intentos de alargamiento de la infraestructura militar de la OTAN (en referencia a la incorporación de Georgia y Ucrania) hasta las fronteras de Rusia”.

La carrera por los hidrocarburos asiáticos entró en su fase aguda. El anuncio del cierre de la base militar estadounidense emplazada en Kirguistán ejemplifica la disputa energética y hegemónica mediatizada a través de países que oscilan entre la influencia de Washington o de Moscú.

China también participa del gran juego del poder. Posee la segunda economía más grande del planeta, un potencial del mercado interno comparable al de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) juntas, reservas internacionales que hoy parecen inagotables, convirtiendo al país en un banquero del mundo, y una vocación de autonomía política que rechaza cualquier intento de acercamiento con Washington.

Respecto de China, hay varios aspectos a considerar en la estrategia global de la administración Obama. Además del crucial escenario afgano, una eventual guerra encubierta en Pakistán llevaría a los marines del Pentágono a las puertas del gigante comunista.

A mediados de marzo, dos informes de alto nivel sobre Afganistán y Pakistán fueron presentados a la Casa Blanca con el objetivo de considerar la ampliación de los ataques a la totalidad de la provincia pakistaní de Baluchistán. Los planes se fundan en que, según varios oficiales estadounidenses, los ataques aéreos en las áreas tribales han obligado a algunos líderes talibán y de Al Qaeda a huir hacia Quetta (capital de Baluchistán).

Los informes nunca fueron revelados públicamente, quizás para no embarrar aún más la imagen internacional del “país de la libertad”, y a su vez, no provocar a las autoridades de Beijing. Es razonable pensar en un objetivo indirecto y adicional del Pentágono: correr la resistencia afgana hasta las puertas de China, con la excusa de la “guerra contra el terror”.

Retomando las ideas de Brzezinski, parece lógico y no tan sorprendente el anuncio que hiciera días atrás el Presidente de Estados Unidos respecto a la voluntad de crear “una nueva era de diálogo” con los países que integran la lista del llamado “Eje del mal”.

En efecto, Obama prometió intensificar la diplomacia con Irán, Siria y Corea del Norte tras años de infructuosa política de aislamiento diseñada por el ex presidente estadounidense George W. Bush. Es decir, de un día para otro el afroamericano anuncia un nuevo comienzo en la relación entre Estados Unidos e Irán, donde se deje atrás la antigua rivalidad.

¿Habrá que creer? Posiblemente, pues Zbigniew Brzezinski está convencido de que las únicas amenazas reales al statu quo internacional son Rusia y China, y no países emergentes. Irán, Corea del Norte, Siria y hasta Sudan (país africano que abastece el 7 por ciento de la demanda China de petróleo), estando cerca de Washington cerrarían una ecuación perfecta para ganar el control total del negocio petrolero asiático y consolidar la posición dominante de Estados Unidos durante el siglo XXI.

Limitaciones a la ambición de los demócratas

Precisamente, porque se afianzan nuevos actores de poder, con la consiguiente disminución de la influencia estadounidense hasta límites que hubieran sido impensables durante los años 90, Washington sueña con una apuesta de dimensiones extraordinarias y que, eventualmente, podría costarle muy caro. Ya se mencionaron las reacciones de Rusia.

En los últimos años, la Organización de Cooperación de Shangai (OCS), que lidera China, se ha convertido en uno de los procesos de integración con más futuro y en el que las cuestiones comerciales y energéticas de sus miembros encuentran cada vez más espacios de negociación.

Además de haber realizado grandes inversiones en el sector petrolífero kazajo, y alcanzado importantes acuerdos de aprovisionamiento con Turkmenistán y Uzbekistán, China ha evitado una reorientación excesiva de Asia central hacia la órbita de influencia de Washington.

Por otra parte, en el ámbito financiero la realidad podría superar las especulaciones mesiánicas de Obama. China es el principal acreedor de Estados Unidos: en septiembre de 2008 superó a Japón en la suma total de bonos del Tesoro de Estados Unidos adquiridos, llegando al formidable monto de 585.000 millones de dólares.

Esto no significa que el país del atlántico norte dependa del gigante asiático: tanto uno como el otro dependen de la suerte en común. La profundización de la crisis en Estados Unidos comenzó a perjudicar los activos de deuda en poder de China.

Después de muchas décadas, Washington recibió, a mediados de marzo, una dura advertencia: "Nosotros hemos otorgado una inmensa cantidad de préstamos a Estados Unidos. Para serles sinceros, estoy un poco preocupado", lanzó el Primer Ministro Chino, Wen Jiabao. Brasil se coló en el reclamo: funcionarios del Gobierno de Lula Da Silva recordaron a Obama que el país del sur es el cuarto acreedor de Estados Unidos.

¿Es este un indicio del peso que ejercerán las potencias del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) en el futuro cercano? ¿Cómo se recuperaría Estados Unidos de la crisis, si China se decide a cortar el flujo financiero que se licua en los megasalvatajes del país americano? ¿Ahora sí está en juego el dólar? ¿Cómo interpretar la reunión del pasado 13 de marzo en la que el presidente Obama recibió al Ministro de Exteriores chino para recibir advertencias enviadas desde continente asiático?

Son muchos los interrogantes que quedan por dilucidar. También muchos los aspectos que restan tratar en torno al rompecabezas del poder del siglo XXI.

El plan de Obama está en marcha, mucho más amplio y militarista que el de su predecesor. Tan vasto como las dificultades con las que tropezará. En escena, el continente asiático; y en riesgo, la paz global de los próximos decenios.

Con Obama, el cambio llegó, pero sólo para que la unipolaridad y autodeterminación estadounidense (sobre otros estados soberanos) reasegure el camino del Destino Manifiesto por cien años más. Es el cambio de planes para que nada cambie.

spellegrino@prensamercosur.com.ar

1976 – 2009

1976 – 2009

Treinta y tres años después del último golpe militar, muchas cuentas siguen pendientes. Bastantes causas penales obstaculizadas, lentitud en los procesos judiciales, la fragmentación de los mismos, la constante exposición de los familiares y testigos para testimoniar... Todos ellos, sin duda alguna, son temas muy importantes por los cuales se deben buscar soluciones de fondo. Pero además, hay que tener en cuenta que cuando se habla de memoria, también ha de considerarse la lucha de los caídos, de los desaparecidos, de aquella generación que se jugó la vida por un país mejor. Como consecuencia de ello, tenemos que sostener que el objetivo a seguir es continuar el camino que nos marcaron los sobrevivientes y los que ya no están: no termina todo con el juicio y castigo. La lucha debe continuar, por anular las leyes de los gobiernos de facto, por eliminar disposiciones violatorias a los derechos humanos y por cumplir con los mismos, para construir el poder del pueblo.

Cambió bastante la historia en estos treinta y tres años. Cuba ya no está sola: Venezuela, Bolivia y Ecuador se unieron y son la esperanza del continente y del mundo; el capitalismo entró en su crisis más grave, sacudiendo a países del primer y del tercer mundo; la catástrofe ecológica (producto de un modo de producción salvaje) alcanzó niveles de holocausto; el hambre, las enfermedades curables y las muertes evitables aumentaron sideralmente. Ya no hay dictaduras militares, y muchos países de América latina son protagonistas de luchas populares de liberación, con experiencias exitosas. Pero también, desgraciadamente, existen grandes continuidades en nuestro país. Se siguen destinando millones de dólares a los intereses de la deuda externa; los beneficiados con el golpe continúan haciendo grandes negocios impunemente; la derecha dura ha exacerbado los ánimos más reaccionarios en un sector numeroso de la sociedad con la “inseguridad” y el “campo” (¿con los militares y Martínez de Hoz habrán disfrutado?); los resortes de la economía no son manejados por el Estado; además de algunas desgraciadas concesiones y subordinaciones frente al imperialismo y los centros de poder económico. La nefasta Doctrina de seguridad nacional, surgida en el marco de la Guerra Fría como teoría contrainsurgente, hoy tiene su correlato en la “Ley antiterrorista”, la cual, impulsada por el gobierno estadounidense en varios países, fue aprobada en el nuestro. Esto representa un hecho de extrema gravedad, una amenaza a los luchadores del pueblo, que una vez más reciben el castigo por elegir rebelarse y no someterse a la violencia del sistema. El gobierno nacional tiene la obligación moral de derogar dicha ley, y profundizar los pasos dados con respecto a la justicia por los delitos de lesa humanidad. En este sentido, hay que señalar que la aprobación de una nueva ley de radiodifusión, que reemplace a la de la dictadura y ponga límites a los oligopolios de la información, sería una acción muy positiva y una gran contribución al cumplimiento de los derechos humanos.

Es necesario recordar que nuestro secretario general a nivel nacional, Patricio Echegaray, envió el año pasado un proyecto del Partido Comunista a la Cámara de diputados de la Nación para anular la ley antiterrorista, y que en 1996 el fallecido Floreal Gorini hizo lo mismo respecto a la ley de radiodifusión. Este año será de mucha complejidad política, y los comunistas estaremos en la pelea por la construcción de una alternativa popular revolucionaria, capaz de dar pasos decisivos por la soberanía e integración de los pueblos de Nuestra América, por la patria grande y liberada.

Martín Godoy – Secretario general del Partido Comunista de Villa Mercedes

jueves, 9 de abril de 2009

La crisis, los salarios y los empleos

(Opinión, por Mario Alderete, responsable sindical del PCA)

En tanto los coletazos de la crisis sistémica que sacude al capitalismo global empiezan a golpear a la economía de los países periféricos, invariablemente aparecen las voces de las grandes cámaras patronales, sus corifeos mediáticos y los garúes ortodoxos “calificadores de riesgos” tronando desesperadamente ante la posibilidad de que se vean afectadas sus elevadas tasas de ganancias.

Los campeones de la “libre empresa” tributarios del “Dios mercado” apelan al Estado exigiendo subsidios, desgravaciones, “ayuda” para pagar sueldos, etcétera. Pero además, comienzan los despidos, suspensiones, reducciones de sueldos, supresión de horas extras, vacaciones impuestas “de facto”, jubilaciones de oficio y retiros voluntarios.

Es claro que cuentan con la connivencia de las cúpulas del sindicalismo gerencial, tal como denuncian nuestros compañeros en estas mismas páginas y también contribuye la posición tibia y contradictoria del gobierno que teme tocar las sacrosantas pertenencias de los grupos más concentrados, los cuales se beneficiaron hasta el hartazgo con el modelo neoliberal cuya matriz perdura hasta la actualidad pese a los discursos.

El objetivo es claro: que la crisis la paguen los sectores más vulnerables y para ello, antes que nada, hay que disciplinar por el temor a los trabajadores: nada de aumentos, nada de luchas, ahora hay que defender el empleo y bancarse callado todo lo que venga.

Pero, por si acaso persista la “rebeldía”, seguramente contarán con la contribución de las “fuerzas de seguridad” como actualmente ocurre en San Nicolás donde la planta de Siderca ha sido ocupada por la “Bonaerense” según lo dispuso el gobernador Scioli.

Lo concreto -y cada vez resulta más evidente- que la única manera de enfrentar con posibilidades de éxito la actual coyuntura es favoreciendo el consumo, no sólo de las capas medias, que hay que hacerlo, sino de las amplias masas promoviendo el desarrollo del mercado interno mediante el aumento de sueldos, la movilidad de las jubilaciones, el salario universal por hijo, la obra pública, la capacitación laboral, la apertura de nuevas fuentes de ocupación, el estímulo y el crédito a las pymes y la más rápida integración regional materializando los grandes proyectos energéticos, de transporte, de intercambio comercial y financiero.

Hay que nacionalizar el acero y recuperar todas las reservas naturales y energéticas entregadas. El modelo de Tercera Vía hace aguas y la crisis capitalista se profundiza. No sólo es válida la instalación del debate poscapitalista sino que se debe avanzar en la unidad para la conformación del sujeto que, mediante el ejercicio del poder popular, sea capaz de echar las bases para el tránsito hacia la revolución socialista de liberación nacional.

Llega una nueva crisis alimentaria

Llega una nueva crisis alimentaria

Gustavo Duch Guillot

Galicia Hoxe,

En el primer semestre de 2008 sufrimos una crisis alimentaria ocasionada por una subida muy significativa del precio de los alimentos. Con unas cosechas suficientes se llegó a pagar precios muy altos por alimentos básicos como el pan, las tortillas de maíz o el arroz. Los análisis apuntaron a la concatenación de tres factores causantes de la subida: la especulación con los granos básicos después del desplome de las hipotecas basura, el aumento del petróleo y sus derivados requeridos en la agricultura industrial, fertilizantes y pesticidas, y el incremento de la demanda provocado por los agrocombustibles.

Durante el año 2009 todo apunta a que podemos padecer una nueva crisis alimentaria. Esta vez una crisis global de falta de alimentos. La sequía está siendo muy grave en China, Australia, Argentina y EEUU, precisamente los países que representan dos tercios de la producción agrícola del mundo. Algunos datos. En el norte de China hay 10 millones de hectáreas agrícolas y 2 millones de cabezas de ganado afectadas. Un 41% de la agricultura australiana padece una de las peores sequías de los últimos cien años, al igual que las tierras fértiles de California o Texas en los EEUU. En la prensa hemos leído también sobre el mal estado en el que se encuentra la producción de soja en Argentina y que desde mediados de enero se ha decidido no conceder nuevas licencias de exportación. Realidades similares se localizan en África y Asia. Sólo Europa parece haber escapado de las sequías aunque las lluvias tardías no han favorecido las siembras de ciclo largo y muchos agricultores han reducido sus cultivos por el alto precio alcanzado a finales del año 2008 por los insumos citados anteriormente.

Ambas crisis nos proporcionan aprendizajes similares. No se puede confiar en el libre mercado para los temas de la alimentación. El comercio desregulado está en el origen de la especulación que incrementó el precio final de los alimentos, y ahora, nuevamente aumenta el riesgo para todos aquellos países que han relegado la producción agrícola propia esperando satisfacerla por la vía del mercado.

Y una misma conclusión. Las diferentes administraciones deben favorecer sin más dilación la producción local basada en una agricultura de pequeña escala, biodiversa y ecológica. Sabemos que es menos vulnerable a los caprichos del mercado globalizado, menos dependiente de fertilizantes y agrotóxicos y, con su arsenal de semillas, conocimientos y experiencia acumulada, más adaptable a las diferentes situaciones climatológicas.

- Gustavo Duch Guillot es Director de Veterinarios Sin Fronteras

http://alainet.org/active/29360=es

Conflicto de los obreros de la fruta en Río Negro

(Por Partido Comunista de Cipoletti, Río Negro)

Durante once días, los obreros de los galpones de empaque del Alto Valle se mantuvieron en paro, en el marco de la lucha por un aumento salarial. Mientras que, en función de la carestía de vida que genera la inflación, el Sindicato de Obreros y Empleados de la Fruta de Río Negro y Neuquén (Soefrnyn) reclamaba un 35 % de incremento y paritaria desdoblada, la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) no la garantizaba y ofrecía un porcentaje de sólo 21.

En postura fuerte, se mantuvieron las medidas por el reclamo: paro, cortes de ruta, bloqueo de la salida de fruta en el puerto y una multitudinaria marcha.

Finalmente, intendentes de la zona pidieron que las partes acataran un laudo propuesto por funcionarios nacionales, solicitando al Ministerio de Trabajo que ese arbitraje establezca un promedio de los números planteados por el sindicato y CAFI.

El laudo fue aceptado por los trabajadores en el plenario del domingo 25 de enero, en el que participaron camaradas del Partido Comunista de Río Negro. De cumplirse, implicaría un aumento del 29 % del sueldo básico, 15 % a la productividad y la paritaria desdoblada. Sin duda, un logro importante de los obreros.

La lucha legítima de los trabajadores por el aumento salarial rozó también los intereses de los pequeños y medianos productores que sufrieron una pérdida considerable.

Desde el gobierno provincial se insinuó la existencia de un acuerdo entre la conducción del sindicato y las empresas que monopolizan la exportación de fruta y que han ido concentrando la propiedad de la tierra en desmedro de los productores locales. Un supuesto “boicot” para aniquilar al pequeño y mediano productor, relacionado con el excedente de pera en la región, que no estaría vendida en su totalidad.

Estas grandes firmas como Expofrut, Moño Azul, Rosauer y La Inversora, venden en Europa un kilo de fruta a casi 1 euro, o sea 4 pesos, mientras que al productor le pagan tan sólo 20 centavos. Están en su mayoría asociadas con grupos multinacionales extranjeros que obtienen ganancias superiores al 100% de rentabilidad mientras que a los pequeños productores les pagan apenas el costo de la fruta y especulan con una mala cosecha para comprar sus tierras a bajo precio y así concentrar las riquezas de nuestro suelo. Sin embargo, no ceden fácilmente a la hora de tener que aumentar el salario, argumentando que sus ganancias, aún con las retenciones que se les quitaron, no son suficientes.

Considerando que las políticas estatales debieran garantizar una mejor distribución de la riqueza, se hace pertinente exigir que las mismas frenen la monopolización, retengan mayor porcentaje a quienes más ganan, sean tendientes a desarrollar planes de promoción de los productores pequeños y aseguren salarios dignos para todas las trabajadoras y trabajadores.

Como trabajadoras/es comunistas, prima participar en forma activa en los sindicatos, siendo protagonistas de estas importantes luchas que implican nivelar la balanza de la injusta acumulación de unos y el empobrecimiento de la mayoría, luchas que deben ser apoyadas y acompañadas desde nuestro Partido, denunciando las desigualdades y exigiendo políticas de estado para una justa y real distribución de la riqueza.

Inauguramos nuestro blog

El Partido Comunista y la Federación Juvenil Comunista abren su propio blog como forma de difusión de nuestro pensamiento, nuestras actividades y todas las luchas del pueblo.

En tiempos en que los grandes medios de difusión se hacen sentir fuertemente, al servicio de la derecha, nosotros, ante la necesidad de contrarrestar los mensajes de las clases dominantes, nos atrevemos a sostener el ideario comunista, revolucionario, en el siglo XXI.

¡Arriba los que luchan!
¡Hasta la victoria siempre!