miércoles, 5 de agosto de 2009

Adiós a un obrero intelectual

(4 de agosto de 2009, El Diario del Centro, Villa María, Córdoba)

D

ejó de existir Lino Pozzerle, un histórico del PC villamariense. Su fallecimiento causó un profundo pesar en sus camaradas. "Se fue un proletario, un hombre de un enorme conocimiento", dijeron a EL DIARIO Reyes Martínez y Hugo Ferradans

A los 80 años dejó de existir en la mañana de ayer, un ícono del Partido Comunista (PC) villamariense, Lino Pozzerle.

Su nombre despierta respeto, no sólo en sus camaradas, sino en todos aquellos que tuvieron la suerte de alimentarse con sus conocimientos.

Hijo del fundador del PC local, dirigente y militante desde sus primeros pasos en la vida. De perfil bajo, humilde y con fuertes sentimientos hacia el prójimo, principalmente por aquéllos sin oportunidades.

Su figura en el bar del Hotel San Martín, todas las mañanas, hablando de política es parte de la historia ciudadana.

"Era un proletario, un obrero intelectual", dicen Reyes Martínez y Hugo Ferradans, dos camaradas que manifestaron a EL DIARIO el profundo dolor de la pérdida y quisieron transmitir sus sentimientos a los familiares del desaparecido dirigente.

Su enorme preparación, su formación gutemberiana, su capacidad de trabajo y su pasión por los libros son sellos imborrables que permanecerán por siempre en el corazón de sus amigos.

"Fue uno de los pilares del Partido Comunista en Villa María", afirman sus camaradas.

Lino, fue registrado por su padre con el nombre de Lenín, pero las complicaciones que le generó esa identificación lo llevó a cambiarlo por Lino.


Fue perseguido y tuvo que dejar bajo tierra la mayor parte de su biblioteca cuando la dictadura militar prohibió a los autores relacionados con el marxismo.

Lino Pozzerle, que padecía una enfermedad grave, tendrá su despedida en la mañana de hoy. Sus restos velados en la Empresa Paviotti, de Parajón Ortiz y Catamarca, recibirán sepultura a las 11 en el cementerio La Piedad.

DESPIDIENDO A LINO

(Texto leído por el camarada Omar Mignola en ocasión de su sepultura)

Han querido sus familiares, amigos, vecinos y camaradas que despidiera los restos de nuestro querido compañero LINO POZZERLE.
LINO no fue nunca un ciudadano común de Villa María. Fue excepcional por muchos motivos.

Hijo de Celestino Pozzerle, fundador del Partido Comunista, desde su mismo nacimiento estuvo vinculado a las ideas revolucionarias de su época.

Su padre, inspirado en el respeto y la admiración que le profesaba al dirigente y constructor del Primer Estado de Obreros y Campesinos en la lejana Rusia, le llamó en su homenaje justamente LENIN de nombre, lo cual, en una sociedad fuertemente impregnada de prejuicios y concepciones discriminatorias, le provocaron tantas dificultades que cercano a los 20 años, poco antes de ser convocado al servicio militar y para evitar una represión peor todavía, optó por cambiárselo por el de LINO con el que lo conocíamos todos y con el que se destacó social y políticamente.

Su adhesión consciente al pensamiento y a la acción del marxismo revolucionario, su gran preparación ideológica, política y cultural, lo llevaron por un lado a ocupar puestos dirigentes en nuestro Partido, pero por el otro, como le pasó a casi todos nosotros, fue víctima de persecuciones, allanamientos, marginaciones y detenciones, durante décadas.

Nada de eso melló su espíritu indomable y combativo, nada lo doblegó, nada lo hizo retroceder, nada lo hizo cambiar de opinión, de su sentido de solidaridad, de su amor por la causa del progreso, de la paz, de la libertad y de la democracia social, valores que sostuvo siempre, que lo marcaron a fuego y cuyo sostenimiento lo transformaron en un verdadero “maestro”.

Fue también no solo un militante ejemplar, en cuya trayectoria coherente y consecuente, abnegada y altruista, se debieran inspirar hoy los más jóvenes, si verdaderamente sienten y les interesa superar las lacras de una sociedad que atraviesa una crisis moral sin precedentes, que puede arrastrar en su caída a la propia humanidad amenazada de destrucción, sino que fue también al mismo tiempo, un hombre intachable, honrado, honesto, recto, buen amigo, solidario, afectuoso.

Lino nos deja físicamente hoy pero siempre lo recordaremos como lo que fue:

Una persona de extraordinarias cualidades humanas, que no pasó en vano por la vida, sino que ha dejado una huella imborrable. Parafraseando al poeta Tejada Gómez, diríamos que Lino por aquí pasó y pisó, dejó su sello, su personalidad, su estampa de hombre serio y comprometido con la realidad que le tocó vivir.

Lino querido, hermano del alma: tus camaradas del PC., tu querida familia, tus amigos de siempre, especialmente los de la “rueda diaria del café”, aquellos que disfrutaron tu compañía en los últimos tramos de tu valiosa existencia, todos al unísono, emocionados te decimos: HASTA SIEMPRE, COMPAÑERO, HASTA LA VICTORIA POR LA QUE TANTO LUCHASTE EN TUS IDEALES DE REDENCION HUMANA Y SOCIAL!!

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