lunes, 1 de junio de 2009

Marcelo Feito y el Farabundo

E
n la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA se realizó un acto para celebrar el triunfo del Fmln y en homenaje al compañero de la FJC caído en El Salvador en 1987. Una de las oradoras fue la presidenta del PC, Fanny Edelman, y aquí reproducimos sus palabras.

Celebramos el 88 aniversario de la fundación de la Federación Juvenil Comunista, con su riquísimo historial de lucha por las reivindicaciones, los anhelos, los sueños de las jóvenes generaciones; con valores indivisibles que resumen su acción: patriotismo e internacionalismo, que constituyen la esencia de nuestra actividad revolucionaria.

Lo celebramos en el comienzo de una nueva etapa histórica, marcada por la crisis civilizatoria del mundo capitalista que cubre toda la geografía del planeta, una crisis de tal magnitud cuya alternativa puede ser la Barbarie o el Socialismo, como nos decía Rosa Luxemburgo hace un siglo. Ese gran desafío nos convoca a hacer más intensa la confrontación con la prehistoria de la humanidad para comenzar a escribir la Nueva Historia, la que ha comenzado a transitar por nuestra América Latina Caribeña: rebelión contra el imperialismo, el neoliberalismo y las oligarquías. Rebelión que nació en el Moncada y que se proclamó socialista enseguida del triunfo de la Revolución Cubana, referente excepcional de los sucesos que conmueven al continente.

Ese gran giro de la historia latinoamericana y caribeña despertó conciencias, iluminó caminos, abrió las rutas liberadoras que hoy recorren pueblos hermanos. ¡Honor a la Revolución Cubana y a su pueblo heroico en el año de su cincuenta aniversario!

Avanzar en nuestras tierras propuestas antimperialistas, anticapitalistas, humanistas, democráticas, a lo que se suma nuestra propuesta de construir un gran movimiento de unidad popular, amplia, plural, de emancipación nacional y social latinoamericanista, revolucionaria, con el objetivo de conquistar el poder. Este gran objetivo nos convoca a fortalecer nuestra organización y a tonificar nuestra intensa acción política e ideológica para avanzar.

Compañeros y amigos, este acto tiene un profundo contenido internacionalista. Celebramos alborozados la trascendente victoria del Fmln, las elecciones presidenciales en El Salvador, a veintinueve años de constituida su fuerza. Durante doce años libró la guerra de guerrillas para desterrar la tormentosa miseria de su pueblo, sojuzgado por una oligarquía sostenida y alimentada por el imperialismo yanqui, que la proveyó entonces de los materiales bélicos más sofisticados, le brindó asesores militares y tuvo que acceder finalmente a los acuerdos de paz ante la paridad de las fuerzas en disputa. El Fmln se incorporó entonces a la actividad política del país, consolidó sus posiciones revolucionarias en un proceso de unidad que culminó en esta extraordinaria victoria política, que abre en la América Central una nueva brecha esperanzadora.

Roque Dalton, inmenso poeta guerrillero, quizás le diría hoy al Fmln: «Hay que construir pañuelos con luceros/para secar las lágrimas del hombre/Hay que llevar al niño a su música antigua/Hay que volver a fabricar muñecas/Hay que sembrar maíz en las ciudades.» Esto decía ese extraordinario poeta y revolucionario que fue Roque Dalton.

En este homenaje a El Salvador combatiente reafirmamos nuestra solidaridad internacionalista de ayer, de hoy y de siempre con el Fmln y la personalizamos en uno de los principales artífices de la victoria, el comunista Schafik Handal.

Allí, a esa tierra de lagos y volcanes, fue Marcelo Feito, integrando la brigada de la Juventud Comunista, a compartir el maíz, el arroz y los frijoles del pueblo pobre; a compartir el fuego y la metralla, la guerra cruel, desigual y heroica contra el imperialismo y sus lacayos. Fue un voluntario de la vida, como sus compañeros, como otros hermanos latinoamericanos.

Nuestro Marcelo cayó en Chalatenango; la más alta entrega de un revolucionario, sellando con lazos de sangre nuestra mutua solidaridad internacionalista.

Compañeros y compañeras, amigos y amigas: están con nosotros Iris y Floreal Avellaneda, los testigos principales de la batalla jurídico-política de nuestro partido contra los que hace 33 años secuestraron y martirizaron hasta la muerte al Negrito. Iris y Floreal simbolizan la resistencia y la lucha inclaudicable de los comunistas contra los genocidas de la dictadura militar y el Negrito simboliza la fuerza, la pasión, el coraje y los sueños de nuestra juventud. Una juventud que colmará sus filas con miles de Negritos Avellaneda, para contribuir a desmontar los mecanismos perversos de la explotación del hombre por el hombre, impulsando desde Nuestra Tierra el sueño bolivariano y sanmartiniano de una gran patria latinoamericana.

Este sueño nos habla de un horizonte esperanzador, de un tiempo nuevo, del triunfo del socialismo del siglo 21.

Este siglo es nuestro, queridos compañeros y compañeras de nuestra entrañable Fede. Toda nuestra pasión revolucionaria para construir la nueva vida, con las armas creadoras del marxismo. ¡Que viva la Federación Juvenil Comunista!

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