jueves, 23 de julio de 2009

Balance del conflicto en Tersuave

Pasadas las elecciones, diversas cortinas de humo protegen al oficialismo provincial de tener que hacerse cargo de sus responsabilidades. Quedó totalmente claro que los Rodríguez Saá se jugaron, como señaláramos anteriormente, por la patronal.

En las negociaciones llevadas a cabo, el gobierno provincial intentó, con éxito, dilatar el conflicto, dándole tiempo a la empresa, y perjudicando enormemente a los obreros. La estrategia fue clara: apostaron al desgaste. Por si fuera poco, intentaron hacer enfrentar a los trabajadores entre sí, tanto dentro de Tersuave como con compañeros de otras fábricas, para que la patronal gozara de total impunidad. Los dos meses de plazo “sugeridos” por Adolfo Rodríguez Saá en la prensa oficial, el Diario de La República, fue la postura antipopular que defendió el ex intendente de Villa Mercedes, Mario Raúl Merlo, intermediario elegido para negociar en Buenos Aires, con una propuesta inaceptable.

Días antes de las elecciones, el PJ, o “Frente Justicialista es posible”, se sacó la careta y salió con los tapones de punta. Alberto Rodríguez Saá, eterno enemigo de los trabajadores, dijo que entre los luchadores había “pícaros”, “politiqueros”, enviados o manipulados desde la oposición. En el programa de Trombetta, cuando se realizó el debate entre candidatos a senador provincial por el departamento Pedernera, el inefable Eduardo Mones Ruiz declaró escandalosamente que en Tersuave no había conflictos sino intereses políticos, ataques desde la oposición, diciendo además que quien encabezaba las marchas era un candidato opositor (en alusión al abogado “Lalo” Estrada). Todo sirve con tal de no reconocer las culpas propias. ¿Qué importa quién es el representante de esta parte en conflicto, o si va o no a las marchas? ¿Eso justifica que las empresas despidan, suspendan, sancionen y cometan numerosos atropellos contra los trabajadores? ¿Hasta cuándo el oficialismo, los Rodríguez Saá y todos los funcionarios elogiados y recomendados por ellos, van a faltarnos el respeto de semejante manera?

El gobierno provincial históricamente ha sido, es y será aliado de los poderosos. Está integrado y copado por ellos. Los Rodríguez Saá son los terratenientes más grandes de San Luis, son grandes burgueses, por supuesto, antinacionales. Esporádicamente en San Luis Sat entrevistan a los trabajadores de Gráfica DellaPena, quienes pudieron salvar sus fuentes de trabajo, y están en vías de administrar la empresa en forma de cooperativa, es decir, será de su propiedad. Lo que no explican los voceros del patrón Alberto es el origen de esa situación. Esos obreros están saliendo adelante gracias a la intervención que el gobierno nacional hizo de Massuh Dellapena, en la provincia de Buenos Aires, de la cual depende la planta de San Luis. Es decir, el gobierno provincial es cómplice criminal de la desocupación, en ningún momento hizo algo por los trabajadores. En la crisis, las empresas y los Rodríguez Saá son socios.

La situación económica se complicará en San Luis. La promoción industrial se terminará en pocos años, y varias empresas ya se han marchado de la provincia. El gobierno provincial no hizo nada por evitarlo. Varias corporaciones no están dispuestas a afrontar mayores impuestos, de hecho circularon fuertes versiones de que Tersuave tenía intenciones de cerrar en San Luis y trasladarse a otra provincia. Esto, sumado a la “injerencia” del Ejecutivo nacional en Dellapena (hecho que molestó bastante a los Rodríguez Saá, pioneros del neoliberalismo antes de que llegara Menem), obligó al patrón Alberto a enviar un proyecto al Parlamento en el que estaría contenida la solución a los conflictos económicos: fábrica que cerrara sería entregada a los trabajadores, junto con la maquinaria y herramientas de producción, entre otras medidas. Pero realmente hay que ser ingenuo para creer que Rodríguez Saá tomaría una medida así. El tiempo demostró que teníamos razón: sería un suicidio político para un proimperialista, representante de la derecha peronista vernácula, aprobar esa ley. Más allá de que los mequetrefes del diario La Nación le dedicaran una nota furiosa, nosotros tenemos claro que ese medio de prensa debería haberlo felicitado por el audaz intento de querer engañar a los trabajadores para que respaldaran al oficialismo, y por otro lado, hacerle un amague a las empresas, las cuales ya conocen a su socio y saben que es una caricia entre líneas. Los burgueses de La Nación deberían adorarlo.

La experiencia demuestra que los trabajadores no pueden ni deben confiar en el gobierno ni en la patronal. Los Rodríguez Saá, pese a los discursos que puedan esgrimir, son una de las variantes más peligrosas de la derecha: reprimen sin pudor (como pasó en 2004, y el año pasado contra los obreros de Pagoda); acusan a quienes reclaman por lo que corresponde, como los docentes y cualquier empleado, en lugar de gobernar para el pueblo; invierten cifras millonarias en obras faraónicas que no ayudan a los más desprotegidos, a los sectores pobres y medios del campo y la ciudad.

A las trabajadoras y los trabajadores del parque industrial y de la ciudad de Villa Mercedes, les proponemos algunas de nuestras propuestas para afrontar la crisis, sostener los empleos y aumentar las fuentes de trabajo digno y genuino:

-Fábrica que cierra, despide o sanciona a los trabajadores injustificadamente, o recurriendo a farsas, deberá ser expropiada y puesta bajo la dirección de los obreros;

-Las empresas que durante años se han beneficiado de la voraz estructura económica que estruja a los trabajadores y se nieguen a rendir cuentas, también deberán correr igual suerte que en el punto anterior;

-Las horas de trabajo deberán disminuir a 6 (seis), creando de este modo un turno más, es decir, muchas fuentes de trabajo;

-El salario básico deberá aumentar por encima del valor de la canasta familiar;

-Pase a planta permanente de los compañeros contratados;

-Reconocer el derecho y la calidad de trabajadores a los integrantes del Plan de Inclusión Social, reemplazando el subsidio por un salario superior a la canasta familiar, brindando un total respaldo estatal a su capacitación educativa y laboral (no con migajas ni poco dinero como hacen los Rodríguez Saá), incluyendo en puestos de planta permanente a quienes estén en condiciones inmediatas de trabajar, y paulatinamente ir sumando a quienes vayan terminando la capacitación (mientras tanto, se les deberá pagar por estudiar), y se les deberá pagar con dinero en efectivo, no con cheques, porque les descuentan un porcentaje, y en varios negocios tienen que gastar la totalidad del mismo porque no les dan vuelto;

-Garantizar el acceso a las personas discapacitadas al trabajo y la cobertura total de lo que necesiten

-No podrán ser obligados a trabajar quienes tienen imposibilidades de hacerlo. El trabajo como tal podrá considerarse de otra forma. Por ejemplo, en lugar de tener que usar la fuerza para martillar, o manipular sustancias, máquinas o herramientas que no pueden controlar, tendrán alternativas como el arte, la pintura, la música, la literatura, el deporte, etc., y si la discapacidad fuera tal que la persona no pudiese realizar actividad alguna, el Estado deberá garantizar su integridad física, moral y espiritual, atendiendo todo lo que requiera con los profesionales y recursos necesarios;

-La capacitación laboral será otorgada por el Estado, y deberá incorporar a las personas discapacitadas, con equipos interdisciplinarios de médicos, psicólogos, pscicopedagogos, trabajadores sociales, que permitan una relación adecuada.

Iremos desarrollando nuestras propuestas y dándolas a conocer al pueblo mercedino, para que las conozcan, puedan analizarlas y hacer las valoraciones correspondientes.

Llamamos nuevamente a la solidaridad con los trabajadores en lucha. Sólo con la unidad popular podremos llegar al triunfo.

CONTRA LA DERECHA Y EL IMPERIALISMO SIEMPRE

No hay comentarios:

Publicar un comentario